Abrir el mundo de los juegos públicos en el territorio, debería ser un objetivo concreto de los gobiernos de todo el mundo. En Alemania se habla poco de ello y el Gobierno se encoge de hombros al respecto; un gobierno que mientras tanto está provocando una guerra interna, en lugar de ayudar a los ciudadanos.
El juego público merece un rescate y el sector online lo compensa como puede, pero se necesita una ayuda concreta para salvar los puestos de trabajo. Para proteger, sobre todo, los ingresos procedentes de la red pública de juego en los territorios nacionales.
Además de los aspectos económicos, también hay que tener en cuenta el factor humano: la suspensión de la actividad del juego legal aumenta la del juego ilegal, lo que supone una amenaza para los casinos seguros.
En España, desde este punto de vista, se ha facilitado el acceso a una amplia gama de juegos de azar en línea, que no es posible en otros países.
En Alemania, por ejemplo, los casinos en línea todavía se consideran ilegales, pero años más tarde los estados federales han abierto finalmente la posibilidad de jugarlos; no para mantenerse al día, sino para recuperar el control de lo que claramente se les ha ido de las manos en los últimos años.
Aunque los casinos en línea son ilegales, se anuncian constantemente en la televisión y son utilizados por una parte de la población alemana.
Según un estudio reciente, el 38% de la población alemana ha jugado al menos una vez en un casino en línea ilegal. ¿Cómo se explica esto? Con lagunas y zonas grises, los casinos en línea han seguido funcionando y sólo hoy el Gobierno alemán se ha dado cuenta de que tiene que tomar las riendas de la situación. Se trata de un control respecto a la sobreabundancia de operadores que siguen sus propias reglas.
En 2012, el acuerdo firmado por los 16 estados federales para prohibir los juegos de azar en línea, no se llevó a cabo. De hecho, el estado de Schleswig-Holstein lucha por la legalización: las empresas operan ahora con una licencia que les permite tener una oficina en otros países de la UE.
Para acceder a estas páginas web no es necesario instalar un software VPN, ni cambiar la dirección IP del dispositivo, y se puede acceder a ellas desde cualquier punto de Alemania.
Ahora la nación ha cambiado de línea en el factor de control, pero sobre todo en el económico. La cadena de suministro de juegos públicos en todas sus formas en Alemania, aporta 14.000 millones de euros al año . Hay un 20%, o sea 2.800 millones, sobre los que el Estado no hace ninguna imposición . Este es exactamente el dinero generado por el sector en línea.
Han establecido límites de tiempo (se puede jugar hasta las nueve de la noche), límites económicos (máximo mil euros al mes), controles (un supervisor en lugar de dieciséis por separado) y medidas contra la adicción (una lista de personas con problemas de adicción).
